La “nueva” forma de comer. Ejercicio práctico.
Actualizado: 23 abr 2021
Ve a tu cocina y trae un trocito de fruta. O de Chocolate. O de algo que encuentres por ahí. Algo que se te antoje.
¡No te lo comas! Espérate.
Puedes poner un cronómetro para ver cuánto tiempo te lleva y compararlo con el tiempo que tardarías en comerte ese mismo bocado en un día cualquiera.
Ahora…
Siéntate en una posición cómoda. No frente a la tele. Ni con el celular. Ni con una revista. Siéntate a solas con tu pedacito de comida.
Toma con tus dedos el alimento que elegiste y obsérvalo. Obsérvalo detenidamente. Imagina que vas a pintarlo. Observa a detalle la forma, lo colores, la incidencia de la luz, las sombras, el tamaño, las texturas. Incluso trata de observar la temperatura y frescura que tiene (en tu mente ve describiendo todo esto).
Piensa en, al menos, tres cosas más que tengan el mismo color.
Piensa de dónde viene ese alimento. Trata de imaginar el proceso por el que pasó para llegar hasta tus manos. Está hecho de un solo ingrediente, o tiene varios? Pasó por máquinas y procesos químicos?
¿Se te antoja? ¿Qué tanto?
Ahora acércalo a tu nariz. Huélelo. Trata de descomponer su olor en todos los aromas que puedas. Como si cataras un vino. ¿Qué otros aromas hay? ¿Algún olor te recuerda algo? ¿o a alguien?
Recuerda si lo comías cuando eras pequeño. De ser así, ¿cuando o cómo lo comías? ¿Te gustaba?
Siente en tus dedos su textura. Si lo presionas, ¿Cómo reacciona?
Define su consistencia. ¿Pesa?
Ahora si, muérdelo y escucha el sonido que hace al contacto con tus dientes.
Observa cómo se siente en la boca. ¿La textura es la que esperabas? La temperatura es la que pensabas? ¿Se derrite? ¿Se hace polvo o migajas? ¿Se rompe en trozos?
Pásalo por tu lengua y tu boca mientras descubres los sabores que tiene. ¿Sabe a lo mismo que huele?
Imagina que debes explicarle el sabor a alguien que nunca ha probado ese alimento. Describe con palabras y adjetivos específicos su sabor y textura en boca (ácido, dulce, terroso, picante, jugoso, amargo, cremoso…)
Mastícalo hasta que tenga una consistencia de puré… y entonces si,
Trágalo.
Repite el ejercicio hasta que acabes tu alimento.
Bueno, esto es un ejercicio (un tanto extremo) de Minful Eating.
El Mindful Eating es parte del Mindfulness, y significa comer con consciencia plena, o sea, comer poniendo toda nuestra atención y sentidos en ello.
Me refiero a “nueva” forma de comer (entre comillas) porque en realidad debería ser la forma normal de hacerlo: Degustando.
El Mindful Eating en realidad es un estilo de vida No es hacer este ejercicio una sola vez. Tampoco se trata de querer hacerlo cada vez que comemos, sería demasiado.
Se trata más bien de usar todos nuestros sentidos al comer, de pensar anticipadamente si tenemos hambre real o solo antojos o ansiedad. Se trata de comer despacio, masticar bien, comer porciones adecuadas, honrar la comida.
¿Y para qué hacerlo? Si lo hacemos un hábito, comenzaremos a comer más sano, en porciones adecuadas, mejoraremos nuestra relación con la comida, probaremos más cosas, nos haremos más conscientes, la digestión mejora, ayuda a la pérdida o control de peso, es un momento para relajarnos y tomar nuevas fuerzas, nuestra concentración mejora, entre otras cosas.
Aquí dejo el mismo ejercicio en audio. Ve por otro trocito de chocolate, y dale Play.
Y para complementar, en este video de 6 minutos se puede ver el proyecto STIMULI de Jinhyun Jeon, que va un poco por el mismo camino. Aquí se lleva a cabo una “experiencia culinaria sensorial” en una cena de 5 tiempos tiempos, en donde se prueban platillos con diferentes métodos y utensilios que generan una perturbación sensorial para comprobar cómo el estímulo de un sentido, puede afectar al resto.